Statement a cargo de Lucía Arribas

STATEMENT SOBRE SARA SALGUERO

 

LUCÍA ARRIBAS. Artista.

 

 

La joyería es el único arte que puedes colgarte del cuello o ponerte en los dedos de una mano. La Joyería Contemporánea o de Autor tiene otros fines diferentes a los que históricamente ha tenido para el ser humano (desde usos míticos o teológicos hasta la finalidad de mostrar el status social de quien la llevaba); no es sólo un objeto destinado a llevarse puesto. Se emancipa de “la vocación comercial de la joya en general, que sólo estaría allí para seducir y satisfacer al consumidor” (Benjamin Lignel, Bethel, Metalsmith Magazine, 2006). Como este filósofo, literario y diseñador de joyas dice:

 

 

(…) no nos forcemos demasiado a intentar definir nuestra práctica como una sola y misma cosa: a tomarlo todo, yo hasta abandonaría las palabras contemporánea, o de autor utilizadas para calificar este tipo de joyería; cualquiera que sea el significado específico que hayan podido tener, hoy es reemplazada por un vago sentimiento de particularidad institucionalizada. Estemos orgullosos y, simplemente, llamémosla joyería.

 


Se ha convertido en una pasión que llega a la vida de Sara Salguero por azar. Es la oportunidad para mostrar parte de lo que lleva dentro.


Experimenta con otro tipo de materiales que difieren de los convencionales, escogidos por las posibilidades artísticas que ofrecen, como pueden ser los metales no nobles o materiales como el papel, semillas o maderas. El valor de una pieza no reside en el valor monetario del material del que está hecha. Como Alexander Calder decía, “cualquiera puede adornarse con hermosos objetos, no tienen que ser piezas con incrustaciones de diamantes o ser valiosos”. Deja que el material la sorprenda, teniendo, así, la intuición y el impulso un papel importante a la hora de conformar las formas.


Muchos artistas no joyeros, como Georges Bracque, Salvador Dalí, Alexander Calder, Hans Arp o Pablo Picasso experimentaron en algún momento de su vida artística la joyería. Supieron exprimir al máximo las cualidades de los materiales que empleaban, primando en la confección de sus joyas el sentido estético y la creatividad. Se ha dejado empapar de los trabajos de todos ellos. En el caso de Calder, trabaja esta disciplina desde un punto de vista escultórico, empleando materiales como el latón, la alpaca o el cobre e incluso objetos encontrados en la playa, como vidrios, trozos de cerámicas o maderas, integrados en collares, broches y brazaletes con una sensibilidad estética especial. En este sentido, Frank Ghery, arquitecto estadounidense, diseña joyas muy cercanas a sus formas arquitectónicas, llegando a crear un anillo y un brazalete de hormigón.


La joyería la permite defender un arte cercano con el público, que sale de la vitrina de la galería para que alguien viva la pieza artística: viva con la pieza. Como dice Luis González Seara en su ensayo de 1974 Arte, sociedad y vida cotidiana “circula todavía entre nosotros la consideración de arte como algo ‘especial’, al margen de la sociedad, donde los artistas creadores llevarían a cabo una función de iluminadores, vigías o aguafiestas de la sociedad, que se vería, así, llamada a contemplar desde su vida cotidiana la originalidad del mensaje artístico”.


Sara aboga por un arte integrado en esa vida cotidiana, lejos de los mitos en torno al Arte, del concepto de obra maestra o del término genio: quiere terminar, siguiendo el criterio posmoderno, con la idea de las obras "reservadas a un círculo que se llama a sí mismo selecto y que la multitud no entiende" (Artaud, 1938. No más obras maestras).


Llegó a ella a través de la escultura, disciplina artística con la que tiene mucho que ver, no sólo por su carácter tridimensional; la joya activa el cuerpo del mismo modo que la escultura activa el entorno que la rodea. No tiene sentido sin relación con el cuerpo, que se integra con la obra, completando así su significado: participa de ella y la concluye al llevarla puesta; casi como en una acción continua, en la que la obra viaja constantemente de un lugar a otro y está presente en cada momento del día de la persona. Sus formas abstractas integran y transforman su imagen formando un todo, hablando de su identidad.


Sara, lleva cerca de tres años centrando todos sus avances artísticos en la joyería. Ha experimentado el diseño de joyas en dibujo, ha hecho todo tipo de piezas en escultura e incluso ha llegado a convertir un cuerpo en una joya mediante la fotografía.

 

L.A. [Madrid, Junio de 2014]

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